La industria británica de semiconductores se ha visto eclipsada durante mucho tiempo por empresas más grandes y consolidadas, como Japón, Corea del Sur y Estados Unidos. Sin embargo, el gobierno británico quiere reactivar esta industria y crear un sector de chips líder en el mundo.
Sin embargo, desarrollar una industria de este tipo es más fácil de decir que de hacer. Se tardan años, incluso décadas, en establecer las instituciones y la infraestructura necesarias para construir una industria de semiconductores de éxito. Por ejemplo, ASML, Imec, TSMC, ARM, Samsung, Intel, QUALCOMM y otros centros de excelencia en semiconductores han tardado 30 o 40 años o más en alcanzar su actual nivel de influencia.
A pesar de los retos, el gobierno británico se ve presionado para crear una estrategia de semiconductores que pueda reactivar la industria del país. Aunque algunos de sus defensores piden más fondos, no han dejado claro cómo se gastarían ni por qué supondrían una diferencia significativa. También amenazan con trasladarse a Estados Unidos o Europa para conseguir financiación, pero las empresas tienen que cumplir condiciones estrictas para obtener fondos de los actuales programas nacionales de apoyo, más centrados en el proceso que en el diseño, que no es un punto fuerte del Reino Unido.
El Reino Unido no puede competir con la inversión de 37.000 millones de dólares realizada por Japón para adquirir tecnología de proceso de 2nm, ni puede crear por arte de magia un coloso del proceso como TSMC o un laboratorio con las capacidades de Imec. El Reino Unido tampoco puede crear una empresa de equipos como ASML ni conjurar otra ARM de la noche a la mañana.
A pesar de estos retos, el gobierno británico ofrece 1.000 millones de libras para subvencionar la industria, lo que refleja lo que puede conseguirse de forma realista. Está claro que crear una industria de chips líder en el mundo es una tarea difícil, pero con la estrategia, la financiación y el tiempo adecuados, no es imposible. El Reino Unido puede aprovechar sus puntos fuertes, invertir en diseño y colaborar con socios internacionales para crear una industria de semiconductores de éxito.